Basta tan solo con prender el televisor, hojear el periódico o revisar las redes sociales para percatarse que el descontento de la clase trabajadora es generalizado en todo el mundo. Las imágenes de grandes revueltas llenas de granaderos, gas lacrimógeno y molotovs en Grecia, México, España, Crimea, Chile, Estados Unidos, Tailandia e Italia parecieran no estar relacionadas entre si, pero solo hace falta detenernos un poco e intentar resolver “el quebrado” para percatarnos de que existe un “común denominador” entre cada fracción en crisis: EL CAPITAL.
La crisis general del sistema capitalista mundial no sólo
expresa una crisis del sistema financiero conectada a una crisis de
sobreproducción, sino que representa una crisis del modelo civilizatorio que,
más allá de mostrar diversos rostros truculentos, pone en predicamento la vida
humana en distintos ámbitos del planeta y anuncia una fractura en el proceso de
metabolismo social humanidad-naturaleza. No se trata de cargar con tintes
apocalípticos el análisis de nuestra compleja realidad mundial, sino que la
intención es advertir la encrucijada epocal que nos plantea la crisis
civilizatoria: o seguimos consecuentando los intereses del capital con toda su
avalancha depredadora o planteamos alternativas sociales para garantizar la
reproducción de la vida. La disyuntiva no es despreciable si tomamos en cuenta
que la fractura metabólica impone desafíos inéditos al desarrollo del
capitalismo en términos de los peligros que afronta la reproducción social y
las condiciones biológicas para la producción.
Ante dicha crisis nos encontramos con dos posibles soluciones, una pragmática y una critica:
La SOLUCION PRAGMATICA apuesta por rescatar al sector financiero y las grandes corporaciones encubriendo pérdidas, fraudes y especulaciones del gran capital. Por añadidura, se refuerza la ofensiva en contra de los trabajadores, mediante programas de despido o profundización de la precarización laboral. En tanto, los desposeídos, desempleados, migrantes y trabajadores precarizados no merecen mayor atención.
LA SOLUCION CRITICA: plantea la necesidad de comenzar por desarticular el control del capital sobre el poder, la naturaleza, el dinero, el conocimiento, la información y, en general, la humanidad. Dicha proposición es de gran calado, y nos remite a la idea de cambiar de rumbo para construir un mundo donde quepamos todos, como proclaman los movimientos sociales alternativos.
Si desea profundizar en el tema puede consultar el siguiente texto de Humberto Marquez titulado: Crisis del sistema capitalista mundial: Preguntas y paradojas http://polis.revues.org/978